Sugerencias de poemas para el recital

POEMAS

DEL AMOR ILUSIONADO

Es como un sueño

Los Brincos

Cuando te ví
mis ojos cerré.
Pensé…
¡es como un sueño!

Al despertar
sentí palpitar

en mí
bellos recuerdos.

Y comprendí

que te quiero.
y suspiré por tu amor.
Mi corazón,

y mi ilusión..

eso eres tú.


Soy muy feliz,

te oía decir,

así,

entre mis besos

Al despertar
sentí palpitar

en mí
bellos recuerdos de ti.

El desamor

Paulino González

El amor es un viento
que igual viene que va.
Se muere
y al momento
vuelve a resucitar.


Si me enamoro algún día,
me desenamoraré,
para tener la alegría
de enamorarme otra vez.


Cuando más te quería
me dijiste que no
y el amor que tenía
se volvió desamor.

El amor es un juego
con su cara y su cruz.
Puede ser nieve y fuego,
puede ser sombra y luz

Ya no quiero tus besos.
Hoy me quieres tu a mí
Tú no llores por eso
que el cariño es así.

Nada

Alfonsina Storni

El día que te acerques
Vendrán mujeres muchas,
Vendrán morenas bellas
Y vendrán dulces rubias

A disputarte; y ellas
Harán, con donosura;
Tu elogio, por lograrte,
Sin acertar ninguna.

Y yo no tendré miedo
De morenas ni rubias
Pues cerraré los ojos
Y te diré- Soy tuya

Triolet

Manuel González Prada


Algo me dicen tus ojos;
mas lo que dicen no sé.
Entre misterio y sonrojos,
algo me dicen tus ojos.


¿Vibran desdenes y enojos,
o hablan de amor y de fe?
Algo me dicen tus ojos;
mas lo que dicen no sé.

Tu risa

Pablo Neruda

Quítame el pan, si quieres,

quítame el aire, pero

no me quites tu risa.

No me quites la rosa,

la lanza que desgranas,

el agua que de pronto

estalla en tu alegría,

la repentina ola

de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo

con los ojos cansados

a veces de haber visto

la tierra que no cambia,

pero al entrar tu risa

sube al cielo buscándome

y abre para mí todas

las puertas de tu vida.

Amor mío, en la hora

más oscura desgrana

tu risa, y si de pronto

ves que mi sangre mancha

las piedras de la calle,

ríe, porque tu risa

será para mis manos

como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,

tu risa debe alzar

su cascada de espuma,

y en primavera, amor,

quiero tu risa como

la flor que yo esperaba,

la flor azul, la rosa

de mi patria sonora.

Ríete de la noche,

del día, de la luna,

ríete de las calles

torcidas de la isla,

ríete de este torpe

muchacho que te quiere,

pero cuando yo abro

los ojos y los cierro,

cuando mis pasos van,

cuando vuelven mis pasos,

niégame el pan, el aire,

la luz, la primavera,

pero tu risa nunca

porque me moriría.

Los mejores ojos

César Conto

Ojos azules hay bellos,
hay ojos pardos que hechizan
y ojos negros que electrizan
con sus vívidos destellos.


Pero, fijándose en ellos,
se encuentra que, en conclusión,
los mejores ojos son,
por más que todos se alaben,
los que expresar mejor saben
lo que siente el corazón.

Perfecta

Luis Ramiro

Esas marquitas que hay en tus piernas,
que te acomplejan si vas sin medias,
son las estrellas de mi universo,
las que me guían cuando me pierdo,
las que me alumbran cuando navego.

Que gracias me haces cuando me cuentas
“Amor, mis tetas son tan pequeñas”,
y yo pregunto si es grande el viento,
y qué tamaño tiene el invierno,
qué coño importa si son perfectos…

Como la vida si voy contigo,como la muerte si es a tu lado,
como tu boca tapando el frío,
perfecta como una madre besando a un hijo.

Eres perfecta y aun así no te das cuenta,
perfecta, perfecta, perfecta.
Eres perfecta como el sol, como la tierra
perfecta, perfecta, perfecta.
Esos dos brazos no te los tapes,
no seas tan tonta si tú ya sabes
que son las alas de mi esperanza,mis dos caminos para ir a casa,
el contrapeso de mi balanza.

Con tu sonrisa yo enciendo el mundo,
miro tu culo y veo el futuro,
en esos ojos yo me hago el muerto,
en esos labios subo hasta el cielo,
tengo muy claro que son perfectos…

Como la vida si voy contigo,
como la muerte si es a tu lado,
como tu boca tapando el frío,
perfecta, como una madre besando a un hijo.

Liebende finden einander

Ich liebe dich

Komm etwas näher,
entzünde ein Feuer,
hülle mich ein und bedecke mich mit deinen Farben.

Sieh mir in die Augen,
du bist ganz nah,
ich möchte in dir versinken.

Leise flüsterst du mir ins Ohr
Ich lebe wegen dir,
lass mich dich in meine Arme schließen.

Als dein Blick mich berührte
breitet sich dein Zauber über mir aus,
jetzt vermisch deinen Atem mit meinem.

So lange ich lebe trage ich dich bei mir,
deine Berührung hinterlässt ein süßen Schmerz
Ich sehe dich nicht, doch rieche ich deinen Duft

Entzünde ein Feuer,
hülle mich ein.

Nächte lang werde ich wach liegen,
eingehüllt in die Erinnerung,
bist du endlich bei mir bist

Und leise flüstere ich dir ins Ohr:

La niña rosa sentada

Rafael Alberti

Su dedo, blanco velero,
desde las islas Canarias
iba a morir al mar Negro.
¡Cómo la miraba yo
morir, desde mi balcón!
La niña, rosa sentada.
Sobre su falda,
como una flor,
cerrado, un atlas.
Por el mar de la tarde
van las nubes llorando
rojas islas de sangre.

Desdén

Leopoldo Lugones

Si tan sólo una caricia

de tus ojos consiguiera,

precio digno de tal gloria

la vida me parecería.

Si con mortal puñalada

tu rencor me hiriese un día,

por padecer de tu mano

contento sucumbiría.

Pero lo que de seguro

va a darme muerte angustiada

es que para mí no seas

caricia ni puñalada.

Gacela del amor desesperado

Federico García Lorca

La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.

El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.

Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.

Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.

Inventar la verdad

Xavier Villaurrutia

Pongo el oído atento al pecho,
como, en la orilla, el caracol al mar.
Oigo mi corazón latir sangrando
y siempre y nunca igual.
Sé por qué late así, pero no puedo
decir por qué será.
Si empezara a decirlo con fantasmas
de palabras y engaños al azar,
llegaría, temblando de sorpresa,
a inventar la verdad:
¡Cuando fingí quererte, no sabía
que te quería ya!

Si me quieres

Dulce Mª Loynaz

Si me quieres, quiéreme entera,

no por zonas de luz y sombra…

Si me quieres, quiéreme negra

y blanca. Y gris, y verde y rubia,

y morena…

Quiéreme día,

quiéreme noche…

¡Y madrugada en la ventana abierta!…

Si me quieres, no me recortes:

¡Quiéreme toda… O no me quieras!

Comprendo que tus besos

José Ángel Buesa

Comprendo que tus besos jamás han de ser míos,
comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás;
y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos,
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos,
y en vez de amarte menos te quiero mucho más.

Si me llamaras

Pedro Salinas

¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!

Deseo

Pedro Guerra

Te seguiré hasta el final
te buscaré en todas partes
bajo la luz y las sombras
y en los dibujos del aire

Te seguiré hasta el final
te pediré de rodillas
que te desnudes amor
te mostraré mis heridas

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre

Te seguiré hasta el final
entre los musgos del bosque
te pediré tantas veces
que hagamos nuestra la noche

Te seguiré hasta el final
con el tesón del acero
te buscaré por la lluvia
para mojarme en tu beso

Y con las luces del alba
antes que tú te despiertes
se hará ceniza el deseo
me marcharé para siempre
y cuando todo se acabe
y se hagan polvo las alas
no habré sabido por qué
me he vuelto loco por nada

Te seguiré hasta el final
por la ladera del viento
para rogarte, por Dios
que me hagas sitio en tus besos.

¡Qué risueño contacto!

Jaime Sabines

¡Qué risueño contacto el de tus ojos,
ligeros como palomas asustadas a la orilla
del agua!
¡Qué rápido contacto el de tus ojos
con mi mirada!

¿Quién eres tú? ¡Qué importa!
A pesar de ti misma,
hay en tus ojos una breve palabra
enigmática.
No quiero saberla. Me gustas
mirándome de lado, escondida, asustada.
Así puedo pensar que huyes de algo,
de mí o de ti, de nada,
de esas tentaciones que dicen que persiguen
a la mujer casada.

POEMAS

DEL AMOR

FELIZ

Por rincones de ayer

José Agustín Goytisolo


En lugares perdidos
contra toda esperanza
te buscaba.

En ciudades sin nombre
por rincones de ayer
te busqué.

En horas miserables
entre la sombra amarga
te buscaba.

Y cuando el desaliento
me pedía volver
te encontré.

Amor eterno

Gustavo Adolfo Bécquer

Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.

Te quiero

 Luis Eduardo Aute

Te quiero,
así, de pronto,
así de tonto… pero
te quiero.

Te quiero,
así de claro,
así de raro…
pero te quiero.

Te quiero.
así de burdo,
así de absurdo… pero
te quiero.

Porque esta noche tristeza obliga,
más que a la amante,
quiero a la amiga.
Más que tu pan,
quiero tu miga.

Porque

Manuel Carrasco

Porque eres la calle por la que me gusta pasear tranquilo,
porque me gusta perderme en el laberinto de emociones
que me ofrece tu cuerpo mío,
porque los motivos que encuentro son los del amor,
ese que te robó el nombre.

Porque mi cama se pone triste si no estás con nosotros,
porque tú eres tú y yo soy yo
y eso es maravilloso,
porque me llenas la vida de vida,
por rescatarme del peligro
peligroso de la nada…

Porque desde que te vi
no he parado de soñar contigo.
En tus ojos libres me perdí
y perdido en ti todavía sigo.
Porque prefiero vivir a tu lado,
siempre a la deriva
porque me gusta sentir como mi pecho te grita.


Porque eres el viento que a mis sentimientos
las ventanas abres,
porque si descubres mi defectos
sólo importa lo importante,
porque necesito cuidarte y darte mi verdad,
mi verdad que no se esconde.

Porque se abren de par en par las puertas del paraíso
cuando me dices te quiero, suspirándome al odio.
Porque la guerra que libraba dentro
la ganaste con un beso,
devolviéndome a la vida.

Soneto XXV

Pablo Neruda

Antes de amarte, amor, nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.

Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.

Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,

todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.

Si el hombre pudiera decir

Luis Cernuda

Si el hombre pudiera decir lo que ama.
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta.
la única libertad porque muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Palabras para una hija que no tengo

Andrés Neuman

Entornaré tus ojos si prometes soñarme.

Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.

Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.

En invierno no abrigues demasiado
tu cuerpo de princesa, más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.

Acepta golosinas de los desconocidos
-no está el mundo como para negarse-,
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, o que te ignoren,
y no los caramelos.

Te enseñaré a leer fuera del aula,
y llegada la hora quiero que escribas mar
sobre los azulejos del pasillo.

Cuando por vez primera cruces la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días para siempre.

No creas que, en el fondo, no soy un optimista;
si no lo fuera, entonces no estarías allí
cuidando que te cuide como debo.

Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.

Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo.

Te quiero

Luis Cernuda

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

Eu te amo

Andrea Gritsch

A morte da nossa unidade não deve ser
Só dormindo nos braços de estranhos
Vou terminar minha vida tranquilamente,
meus sonhos são apenas você sozinho

Meu coração está no céu para você sangrar,
mas quero desejar-lhe boa sorte
Por favor, creia-me em seus pensamentos
e bela experiência para a minha morte solitária.

La noche en la isla

Pablo Neruda

He dormido contigo

toda la noche mientras

la oscura tierra gira

con vivos y con muertos,

y al despertar de pronto

en medio de la sombra

mi brazo rodeaba tu cintura.

Ni la noche, ni el sueño

pudieron separarnos.

Amo, amas

Rubén Darío

Amar, amar, amar, amar siempre, con todo
el ser y con la tierra y con el cielo,
con lo claro del sol y lo oscuro del lodo:
amar por toda ciencia y amar por todo anhelo.

Y cuando la montaña de la vida
nos sea dura y larga y alta y llena de abismos,
amar la inmensidad que es de amor encendida
¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!

Sería fácil

Xuxo

Sería fácil prometerte el cielo, las estrellas,

pero no sería fácil si no estuvieras en ellas.

El corazón me dice que algo tiene que pasar,

que lo nuestro no es cierto y que me duele tu verdad.

Soledad como principio, sentir un nuevo inicio.

Sería fácil resbalar entre precipicios.

Y quieras o no quieras cayeron las fronteras.

Que mi vida es efímera si no estás en ella.

  Sucesiva

Gerardo Diego

Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.

Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.

Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.

Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.

 Bésame mucho

Consuelo Velázquez


Bésame, bésame mucho,
como si fuera esta la noche
la última vez

Bésame, bésame mucho
que tengo miedo a perderte,
perderte después.

Quiero tenerte muy cerca,
mirarme en tus ojos,
verte junto a mí.
Piensa que, tal vez mañana,
yo ya estaré lejos,
muy lejos de aquí
Bésame, bésame mucho
como si fuera esta la noche
la última vez.


Bésame, bésame mucho
que tengo miedo a perderte,
perderte después.

Bésame, bésame mucho.

Soneto 129

William Shakespeare

Traducción:

Derroche del espíritu en vergüenza

La lujuria es en acto, y hasta el acto

Perjura, sanguinaria, traidora,

Salvaje, extrema, cruel y ruda:

Despreciada no bien se la disfruta,

Sin mesura anhelada, y ya alcanzada,

Olvidada sin mesura, cual un cebo

Que desquicia al incauto que lo traga.

Desquicio los suspiros, los abrazos,

los gemidos del antes y el durante,

Júbilo al gozar, después penuria,

Promesa de alegría, luego un sueño.

Lo saben todos, pero nadie sabe

Cerrar el cielo que lleva hasta ese infierno.

Texto original:

The expense of spirit in a waste of shame
Is lust in action: and till action, lust
Is perjured, murderous, bloody, full of blame,
Savage, extreme, rude, cruel, not to trust;
Enjoyed no sooner but despised straight;
Past reason hunted; and no sooner had,
Past reason hated, as a swallowed bait,
On purpose laid to make the taker mad.
Mad in pursuit and in possession so;
Had, having, and in quest to have extreme;
A bliss in proof, and proved, a very woe;
Before, a joy proposed; behind a dream.
All this the world well knows; yet none knows well
To shun the heaven that leads men to this hell.

Te quiero a las diez de la mañana

Jaime Sabines

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.

Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?

POEMAS

DEL AMOR DESGRACIADO

Farewell

Pablo Neruda

(…)

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

…Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

Quédate conmigo

Pepe Delgado

Nací para amarte,

nací para ti,

y no estoy contigo;

si nadie en el mundo

se ha querido así,

quédate conmigo.

Traté de olvidarte

y no pudo ser:

ese es mi castigo;

si nadie en la vida

te ha querido así,

quédate conmigo.

Mis noches de invierno llegaron

buscando tus besos,

buscando tu amor,

y sólo encontré la tristeza

que ha dejado en mi tu ausencia.

Ausencia

Blanca de los Ríos

Ni vivir puedo en tu ausencia,

ni vivo cuando te veo,

ni es del mundo este deseo

que consume mi existencia.

Nieve soy en tu presencia

y volcán lejos de ti,

y es que tienes sobre mí

tal poder, que dudé al verte

si era el amor o la muerte

lo que en el alma sentí…

Me he quedado sin pulso y sin aliento

Ángel González

Me he quedado sin pulso y sin aliento

separado de ti. Cuando respiro,

el aire se me vuelve en un suspiro

y en polvo el corazón, de desaliento.

No es que sienta tu ausencia el sentimiento.

Es que la siente el cuerpo. No te miro.

No te puedo tocar por más que estiro

los brazos como un ciego contra el viento.

Todo estaba detrás de tu figura.

Ausente tú, detrás todo de nada,

borroso yermo en el que desespero.

Ya no tiene paisaje mi amargura.

Prendida de tu ausencia mi mirada,

contra todo me doy, ciego me hiero.

Apaisament

Manuel Magallanes

Tus ojos y mis ojos se contemplan
en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente
y se nos duerme el desear.

Como dos niños que jamás supieron
de los ardores del amor,
en la paz de la tarde nos miramos
  con novedad de corazón.

Violeta era el color de la montaña.
Ahora azul, azul está.
Era una soledad el cielo. Ahora
  por él la luna de oro va.

Me sabes tuyo, te recuerdo mía.
  Somos el hombre  y la mujer.
Conscientes de ser nuestros nos miramos
en el sereno atardecer.

Son del color del agua tus pupilas:
del color del agua del amar.
Desnuda, en ellas se sumerge mi alma,
con sed de amor y eternidad.

Puede que hayas olvidado mi voz

Víctor Manuel Miñano

Puede que hayas olvidado mi voz,

el hueco de mi barbilla al reírme o la forma

de cogerte las manos debajo de un portal

mientras estaba lloviendo. Puede, y es muy probable,

que hayas olvidado el ruido que hacía mi ropa

al caer en el suelo, que no recuerdes ya la torpeza

cuando cruzaba la calle asustado y tú mirabas

desde tu ventana sonriendo. Yo sé que te has mudado

a un barrio donde el sol no se equivoca de hora,

donde las cortinas existen y nadie les prende fuego

o hace con ellas un avión que no vuela.

Ahora no sabes que estoy hablando de ti y por eso

no amaneces cargada de malos presagios. Cada día

que pasa tengo la sospecha de que es el último

que tengo para verte y en las aceras no aparecen las huellas

lentas de tus pies desnudos. Merezco tal vez este silencio

por haber sido un hombre solitario, por quedarme atrapado

entre las hojas de un libro con un título muy largo.

Puede que tenga que dejar de decirte que te quiero,

que tenga que arañar con los dientes la niebla que existe

ante mis ojos. Pero esta noche creo que sé que tú también

me buscas, que sales a la calle vestida para mí

con un poema que te hice. Ahora no sabes que estoy

hablando de ti y por eso agachas la cabeza y tiemblas

un poco antes de que intente abrazarte desde tan lejos

de que pueble tu soledad con un beso tirado a ciegas. 

Nosotros

Pedro Junco

Atiéndeme
quiero decirte algo
que quizás no esperes,
doloroso tal vez.
Escúchame,
aunque me duela el alma,
yo necesito hablarte
y así lo haré.

Nosotros,
que fuimos tan sinceros,
que, desde que nos vimos,
amándonos estamos.
Nosotros,
que del amor hicimos
un sol maravilloso,
romance tan divino.

Nosotros,
que nos queremos tanto,
debemos separarnos.
No me preguntes más.
No es falta de cariño.
Te quiero con el alma.
Te juro que te adoro
y, en nombre de ese amor
y por tu bien,
te digo adiós.

Olvidarte

Felipe Santos

Ya nada te importa ya nada es igual, y es que, aunque no te llame, yo sí quiero verte. No he podido yo sacarte de mi mente, yo no quiero perderte.

Mientras me castigo con la soledad, juegas a vestirte de felicidad.

Haré lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar y no ser nunca más lo que fui. Ya no me importa, igual no volverá. Haré lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tú igual y, aunque voy a llorar, poco a poco entenderé que nunca volverás.

Y es que lo que duele no es que te hayas ido, más que no tenerte me duele tu olvido. Yo te quiero.

Y no para volver, te quiero porque parte tuya me ha enseñado qué es amar y qué es crecer. Ya no siento más y con la mano en el corazón sé que hoy te vas y poco a poco entenderé que nunca volverás.

Los ojos

Antonio Machado

Cuando murió su amada
pensó en hacerse viejo
en la mansión cerrada,
solo, con su memoria y el espejo
donde ella se miraba un claro día.
Como el oro en el arca del avaro,
pensó que no guardaría
todo un ayer en el espejo claro.
Ya el tiempo para él no correría.

II
Mas, pasado el primer aniversario,
¿Cómo eran —preguntó—, pardos o negros,
sus ojos? ¿Glaucos?… ¿Grises?
¿Cómo eran, ¡Santo Dios!, que no recuerdo?…

III
Salió a la calle un día
de primavera, y paseó en silencio
su doble luto, el corazón cerrado…
De una ventana en el sombrío hueco
vio unos ojos brillar. Bajó los suyos
y siguió su camino… ¡Como ésos!

Dein bester Freund

Der Baufritze

Solltest Du Dich einsam fühlen,
verlassen und ganz allein,
solltest Du Hilfe brauchen,
würde gern für Dich da sein.

Sollte Dir an Liebe fehlen,
solltest Du Dich langweilen,
brauchst Du einen zum Reden,
würde mich zu Dir eilen.

Solltest Du eine Schulter brauchen,
um Dich einfach auszuweinen,
brauchst Du etwas Aufmunterung,
ruf mich, ich werde erscheinen.
 

Poema de la despedida

José Ángel Buesa

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste… No sé si te quería…
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho… no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí…
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.

RIMA XLI

Gustavo Adolfo Bécquer

Tú eras el huracán, y yo la alta
torre que desafía su poder.
¡Tenías que estrellarte o que abatirme…!
 ¡No pudo ser!

Tú eras el océano; y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén.
¡Tenías que romperte o que arrancarme…!
 ¡No pudo ser!

Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque…
 ¡No pudo ser!

Como un explorador

Joaquín Sabina

Después de tanto tiempo al fin te has ido
y, en vez de lamentarme, he decidido
tomármelo con calma.
De par en par he abierto los balcones,
he sacudido el polvo a todos los rincones
de mi alma.

Me he dicho que la vida no es un valle
de lágrimas… y he salido a la calle
como un explorador.
He vuelto a tropezar con el pasado
y he decidido, en el bar de mis pecados,
otra copa de ron.

Y en otros ojos me olvidé de tu mirada
y en otros labios despisté a la madrugada
y en otro pelo
me curé del desconsuelo
que empapaba mi almohada.

Y en otros puertos he atracado mi velero
y en otros cuartos he colgado mi sombrero,
y una mañana
comprendí que a veces gana
el que pierde a una mujer.

Con el cartel de libre en la solapa
he vuelto a ser un guapo entre las guapas
chulapas de Madrid,
sólo me pongo triste cuando alguno,
en el momento más inoportuno,
me pregunta por ti.

Si te olvido

Víctor Manuel Miñano

Si te olvido, si un día te vas poco a poco

diluyendo en la sombra, perdiendo los pájaros

de mis ramas, si tu rostro se confunde

con el rostro de la nada, si una mañana me levanto

y ya no estás, simplemente te has ido y ya no vuelves,

amor mío, y no recuerdo tu voz, qué tristeza.

Si acaso –no es posible- olvido que una vez me besaste

los labios, los aplomos y el miedo, dejaste para siempre

tu boca en mi lengua, tu caricia en mi abrazo, el futuro

tuyo en mi pasado. Digo, si olvido que ahora estoy

pensando en ti, en tu cálida brisa, que lloro un poco

todavía en la hora de la siesta, si olvido que te amo,

amor mío, si olvido que te estoy amando, qué muerte

tan poco habitable, qué apática costumbre en los recuerdos

me queda.

Sobra olvido hasta en algunos milagros

que hiciste siendo ayer o mañana, sobra olvido

en tu pelo, en tu garganta, en el libro que no quieres abrir

para olvidarme. Sobra olvido en las horas que paso

en silencio llamándote.

Si alguna vez te olvido, amor mío, si alguna vez

yo también me entrego al no recuerdo, claudico ante el asombro

de otra sonrisa inofensiva. Si alguna vez te amo

en otro nombre, déjame que construya, amor mío, mi vivienda

para siempre en una habitación de tu memoria.

Decir adiós

Cecilia

Decir adiós, es mirar atrás

Volver la vista y ver que tú no estás.

Decir adiós, es romper, con parte de tu vida,

es perder las viejas alegrías,

es guardar en un rincón

las  memorias de una historia de amor.

Decir adiós, es quemar

esas cartas viejas,

es andar sin rumbo por las calles,

es hablar con las paredes, con el aire,

porque sin ti… no tengo a nadie.

Decir adiós, es tener

vivencias y amarguras,

es llorar en un rincón a oscuras.

es perder esas pequeñas manías

de nuestras noches y días.