TEXTOS ARGUMENTATIVOS: NO ME CONFORMO.

“No me conformo, no: me desespero
Como si fuera un huracán de lava” (…) Miguel Hernández

Textos ganadores

1ºESO

“No me conformo, no: me desesespero
como si fuera un huracán de lava”

No, la adolescencia no es fácil.
¡Necesito dormir más!
Me preocupa mi físico, mi imagen personal.
Mi ritmo de crecimiento me asusta.

No me gustan las comparaciones de mi evolución física con la de mis compañeros,
nos produce inseguridad.
Parece que nos volvemos más torpes,
tenemos tendencia a perder las cosas, a estropearlas,
a estar gran parte del día despistados y no enterarnos de nada.

Tenemos días buenos, días malos,
amigos, enemigos,
buenas notas, malas notas.
En la vida de un adolescente nunca sabes qué te va a pasar mañana.

No, no me conformo, no.
Tendemos a hacer montañas de granitos de arena,
a tragarnos los problemas y a fingir una sonrisa día tras día.
¿Por qué? ¡Porque somos adolescentes!

No, no me conformo, no.
La adolescencia no es una etapa sencilla para nadie.
Por eso, merece la pena contar cómo nos sentimos.

Borja Bernal Pérez, 1º A

2ºESO

“No me conformo, no: me desespero
Como si fuera un huracán de lava”
Me desespero por ser tratada con indiferencia,
Me desespero cuando la gente no le pone conciencia,
Y me desespero al tener que ver en las noticias que una de nosotras
Ya no está en el mundo.
No me conformo a estar infravalorada por ser mujer,
No me conformo con volver a casa teniendo que correr,
Y no me conformo con quedarme callada ante las injusticias que me rodean.
Como si fuera un huracán quiero gritar,
Como si fuera un huracán quiero luchar,
Y como si fuera un huracán de lava quiero hacer justicia por todas nosotras,
Por las que están, las que estuvieron y por las que estarán.

Candela Aragón Carrión – 2º C

3ºESO

FUEGO
No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava, me quema pensar en el comportamiento de la sociedad actual, que en un mundo con vida inteligente y numerosos avances científicos nos sigamos comportando así. No miramos más allá de nuestras narices y queremos que nos lo den todo en bandeja de plata, nos quedamos sentados esperando a que el mundo cambie y criticamos a las personas que hace algo para cambiarlo. Nos hemos convertido en una sociedad monótona, apagada, casi sin vida, con numerosos prejuicios. Siempre encontramos la manera de culpar a otros para despreocuparnos y hasta hemos catalogado algunos temas como “tabú” porque siempre es más cómodo hablar de algún deporte que de algún problema serio, ¿verdad?
Hemos encontrado una manera de menospreciar a las personas por su género, orientación sexual e incluso raza; porque no podemos dejar a la gente ser como es, tenemos que hacer que cambien o, en caso de que no lo hagan, dejar de tratarlos como personas, y esto lo enseñan desde una edad muy temprana, desde muy pequeños te dicen que los inmigrantes son ladrones y delincuentes; que los hombres siempre van a ser mejores que las mujeres; nos implantan pensamientos muy retrógrados. Ya lo dijo Karl Augustus Menninger “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad” y nosotros solo damos odio.
Arde ver como tratan a las personas que deciden llevarle la contraria a todo este odio, rechazan sus ideas y opiniones por pensar de una manera distinta, sin siquiera escucharlos los silencian. Aparentemente por pensar de una manera distinta eres una maleducada, una radical o te han “lavado el cerebro con tonterías” porque no pueden aceptar otro punto de vista, hay una pelea de ideales porque no conseguimos respetarnos, se usa la violencia por no coincidir, parece imposible conseguir el respeto mutuo y es muy triste ver en lo que nos estamos convirtiendo.
Hemos incendiado el mundo y no dejamos de alimentar las llamas con odio y parece que, por mucho que intentemos apagarlo, no va parar hasta que nos consuma a todos, hasta que ardamos en el odio de la sociedad.

Cristina Bozada Lebrero, 3º C

4º ESO

“No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava”
cuando asolando mi razón
el sonido del odio rebota en mis oídos
amargo, injusto, cruel, sangrante…
cuando de las palabras, ignorantes son mensajeros discrepando de la realidad
sepultando, deconstruyendo, perturbando…
cuando de rey coronamos al egoísmo
de reina aceptamos la ingratitud
y de bufón disfrazamos la bondad
cuando desde la apatía se dictan leyes
en delirios de grandeza enfundadas
de una acomodada burguesía
cuando a la noche descubrimos de la corte
la mentira en las promesas
y en el parásito de la confianza, al falaz amigo
cuando se hace al campesino marioneta
de semillas intoxicadas, ciego sembrador
es titiritera la avaricia y público la ambición
cuando herramienta de un felón el nesciente plebeyo al mandato de golpes en el yunque
de sus propias cadenas es herrero forjador
cuando frente al capricho del lobo
ignorando ser otra temerosa oveja
del establo el pastor cree ser defensor
cuando de la indignidad hacemos religión
alabando a falsos profetas que a base de pecados perfilan su hipocresía y someten la verdad
no, no me conformo
estoy cansado del odio
de que sea la tónica que lidere en este mundo
de que someterse a él sea la única alternativa
de que sea de muchos la malévola forma de lograr sus objetivos
estoy cansado, pero no me rindo
porque sé que merezco, que merecemos más
porque sé que es posible, que hay esperanza
porque es lo justo, lo humano
o tal vez, porque, simplemente,
no me conformo

Pablo Lozano Conde, 4º A